¿Historia o Filosofía? Profesores afrontan la nueva PAU tras unos primeros meses de “incertidumbre”

¿Historia de España o Historia de la Filosofía? El alumnado de Segundo de Bachillerato debe elegir entre estas dos asignaturas a la hora de enfrentar unos exámenes de Selectividad que se presentan con más “incertidumbre” que nunca tras el nuevo cambio en la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) y por la falta de información que el profesorado ha recibido en los primeros meses del curso de cara a preparar a sus estudiantes. En este contexto, este diario ha conversado con docentes que imparten ambas disciplinas en Ceuta antes y después de recibir las últimas directrices relacionadas con sus materias por parte de la Universidad de Granada (UGR), y estos profesores han compartido su inquietud en cuanto a cómo abordar la enseñanza de la prueba. Las dificultades añadidas este año pueden influir en que los estudiantes se decanten por presentarse a una u otra de las asignaturas mencionadas.

Durante los días 3, 4 y 5 de junio en la convocatoria ordinaria, y el 1, el 2 y el 3 de julio en la extraordinaria, los estudiantes del último curso de Bachillerato en Ceuta realizarán su prueba de Selectividad de acceso a la Universidad. Los exámenes continuarán siendo de una hora y media de duración y el temario no ha sufrido muchos cambios respecto a pruebas anteriores, pero este curso el Ministerio de Educación y Formación Profesional ha optado por volver a unos modelos de exámenes previos a la pandemia del covid-19 con los que se pretende potenciar las capacidades de interpretación del alumnado frente a su memoria, entre otros objetivos.

Además de nuevas preguntas en las pruebas dirigidas en este sentido, el Gobierno persigue que los profesores impartan las unidades didácticas al completo, algo que comúnmente no se hacía para reforzar las posibilidades de ‘sacar nota’ del alumnado profundizando en los contenidos con un temario más reducido. Esta reducción respondía a que los alumnos pudieran elegir entre distintos modelos de exámenes en varias asignaturas, así como entre diferentes preguntas. Las asignaturas de Historia de España e Historia de la Filosofía son materias donde aplicaba esta posibilidad de elección en mayor o menor medida. Por el contrario y como novedad, el Ministerio exige que este año se impartan al menos el 75% de los contenidos por medio de, entre otras medidas, la reducción de los modelos y de las preguntas alternativas.

La disminución del temario y la menor dificultad generalizada de los contenidos que han experimentado estos exámenes a partir de la pandemia del covid-19 podría explicar que la nota media en Selectividad haya aumentado del 8,75 en el curso 2015/2016 al 10,34 en el 2021/2022 (sobre 14 puntos), una hipótesis que recoge el informe “La subida de las notas de Selectividad: ¿Inflación o competición?” (2023) publicado por el think tank Esade y escrito por los académicos Lucía Cobreros, Lucas Gortazar y Juan Manuel Moreno. En este sentido, el documento se refiere a “una subida artificial”: “Los estudiantes cada vez saben menos y se están inflando los aprobados y sobresalientes”, explica el documento en su introducción.

Como consecuencia de estos cambios, el estudiantado realizó una serie de manifestaciones con un elevado seguimiento en las principales ciudades del país a comienzos del mes de octubre, que finalmente fueron acalladas por la promesa de los ministerios de Educación y de Universidades de que todas las comunidades autónomas publicarían los modelos de exámenes actualizados el día 26 del mismo mes.

Cambios en Filosofía

Para Vanesa Ajenjo, profesora de Filosofía del IES Puertas del Campo de Ceuta, el contenido de la asignatura que imparte se ha visto “demasiado” aumentado con “muchísimos más textos” que los que enseñaba anteriormente a pesar de que este año cuente con una hora más de tiempo para su enseñanza con respecto al curso anterior; y esto implica “dedicar más clases para ver esos textos”. Si bien antes del covid trabajaban con cuatro filósofos, ahora deben estudiar el contenido de ocho autores y por cada uno ‘caerán’ varias obras diferentes. “Teniendo en cuenta que el temario es muy amplio, tenemos muy poco tiempo”, ha resumido.

La profesora pone el ejemplo del filósofo griego Platón, que antes de la pandemia se incluía con el Libro VII de ‘La República’ (en el que se encuentra el mito o la alegoría de la caverna) y que ahora ha pasado a contar con un texto más de una de sus obras, el ‘Fedón’. La estrategia que plantea la docente ante esta circunstancia es explicar la teoría, “dejar tiempo” para leer los textos en clase “en la medida en la que se pueda” y hablar de las temáticas principales que aparecen en los mismos para que los estudiantes “aprendan a identificar la idea”.

No obstante, el mayor cambio en el modelo de examen en Historia de la Filosofía en este curso es una pregunta en la que el alumnado debe hacer una disertación en lugar de simplemente plasmar el contenido del temario en el papel. Para Ajenjo, la pregunta es un “filtro” con el que se pretende que el estudiante demuestre su “excelencia” y que es “muy buen alumno”: “Para llegar al 10 necesita un paso más”, considera. Este paso añadido consiste en divulgar el contenido de los autores y llevarlo a la época actual, y la docente pone como ejercicio de ejemplo la cuestión “¿Cómo le afecta a las juventudes actuales la realidad virtual?” en relación al temario de Platón.

“En este caso, qué sería lo real y qué sería lo que no es real, y cómo afecta eso a la vida”, aclara sobre plasmar el enfoque de la respuesta ideal, así como recuerda que los estudiantes “apenas tienen tiempo para dedicar al pensamiento” durante el examen porque tienen otros enunciados de desarrollo, un comentario de texto y una comparativa entre autores. Para Ajenjo, esta disertación “no es una pregunta que se le deba de hacer a un alumno de Segundo de Bachillerato teniendo en cuenta que no tiene una asignatura, sino que tiene muchas”.

“No se puede especular”

Por su parte, otro profesor de Historia de España en Bachillerato que ha preferido preservar su identidad -porque, en su opinión, la espera de los detalles de estos exámenes “tiene mucha carga política”-, explica que el profesorado está afrontando la situación “a la aventura” y con “mucha incertidumbre”; y también en lo que respecta a su alumnado. “Es una malísima planificación por parte del Gobierno; lo que afecta es la poca previsión”, considera.

Antes de la reunión con la UGR, que la tuvo a finales de octubre, este docente había preparado el comienzo de la asignatura “a base de los retales” de las nuevas directrices que había ido viendo en la prensa, así como con modelos que habían publicado primero otras comunidades autónomas: “Nos presentamos en un septiembre sin los contenidos, sin modelos de exámenes, sin criterios de calificación…”, se lamentaba antes del encuentro con la Universidad.

El profesor reconoce que en esta asignatura “siempre” han podido escoger entre estudiar más en profundidad el siglo XIX y el XX, mientras que en este curso “no se puede especular”, lo que supone “más temario que dar”: un 80% o un 85% de los contenidos, al menos, “para curarse en salud”. “Entre que estamos un poco desorientados, entre que llega tarde y entre que nos exigen más temario, pues no sé cómo lo vamos a hacer, pero tendremos que volar, literalmente, con ellos”, resume, en referencia a su alumnado.

Tras la reunión con la Universidad, su conclusión fue que los profesores deberán impartir más contenido, lo que supondrá “más trabajo” también porque en este nuevo examen tendrán que estudiar casos prácticos con fotografías, gráficas, textos y mapas. Para este docente de Historia de España, al tener “menos tiempo” tanto el alumnado como el profesorado para preparar la prueba, “bajarán las notas”, y al ser optativa su asignatura, cree que muchos de los estudiantes optarán por Filosofía.

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