Cuando el móvil se convierte en un salvavidas
Este jueves, los teléfonos móviles de Ceuta vibraron y sonaron al unísono. No era una falsa alarma ni una simple prueba técnica sin trascendencia: era el simulacro del sistema ES-Alert, una herramienta pensada para avisarnos cuando de verdad importa, cuando la emergencia no sea un ensayo sino una realidad. Y la buena noticia es que funcionó. Más del 96% de los dispositivos recibieron la alerta, una cifra que marca un antes y un después en la protección civil de nuestra ciudad.
Hasta hace no mucho, enterarnos de un peligro dependía de sirenas, radios o el boca a boca. Ahora, la tecnología permite que el aviso llegue directamente a la palma de nuestra mano, sin necesidad de aplicaciones ni registros previos. El sistema es eficiente, es rápido y, sobre todo, es necesario.
Porque en una ciudad con mar, frontera y orografía complicada, estar prevenidos puede marcar la diferencia entre el caos y la respuesta coordinada.
Pero una herramienta, por avanzada que sea, no sirve de nada si la gente no sabe cómo reaccionar. Y ahí es donde está el reto.
No basta con que la alerta llegue, hace falta que la ciudadanía la entienda y actúe en consecuencia. ¿Cuántos sabrían qué hacer si el mensaje indicara riesgo de maremoto o incendio? Por eso, el entrenamiento debe continuar, con más simulacros y con información clara sobre cómo actuar en cada situación.
Las emergencias no se avisan, pero ahora Ceuta tiene una forma de hacerlo. El éxito de esta prueba es un primer paso, pero no el último. Si algo ha demostrado el ES-Alert es que la prevención salva vidas. Y si en el futuro un mensaje nos pide quedarnos en casa o evacuar una zona, más vale estar preparados para hacerle caso. Porque cuando la emergencia llegue de verdad, no habrá segundas oportunidades.