Un impulso necesario
La visita del presidente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), Ramón Reyes Bori, a Ceuta no solo ha sido un gesto simbólico, sino una oportunidad real para visibilizar la lucha diaria contra el cáncer en nuestra ciudad. Su presencia y sus reuniones con las instituciones locales dejan claro que hay un interés genuino por mejorar los recursos y la atención a los pacientes oncológicos. Pero, ¿será suficiente?
El cáncer es una enfermedad que, lamentablemente, no distingue entre fronteras ni condiciones sociales. En Ceuta, donde los recursos sanitarios son limitados, los desafíos se multiplican. La falta de un tercer oncólogo y la ausencia de una clínica de radioterapia obligan a muchos pacientes a desplazarse fuera de la ciudad, con el desgaste emocional y económico que eso conlleva. Aunque Reyes haya insistido en que esta realidad no es exclusiva de Ceuta, no podemos obviar que nuestra ubicación geográfica añade un plus de dificultad para quienes ya están librando la batalla más importante de sus vidas.
Es alentador escuchar que la AECC está dispuesta a reforzar su colaboración con las instituciones locales, acercando sus servicios a los barrios más vulnerables. Sin embargo, esta buena voluntad debe ir acompañada de acciones concretas por parte de nuestras autoridades. No basta con la receptividad; hace falta inversión, planificación y, sobre todo, empatía. El cáncer no espera y cada día cuenta para quienes reciben un diagnóstico.
Además, no se puede dejar de lado la importancia de la sensibilización social. Es fundamental que la ciudadanía conozca los recursos gratuitos que ofrece la AECC, no solo para los pacientes, sino también para sus familias. El apoyo psicológico, el asesoramiento social y la ayuda económica pueden marcar una gran diferencia en momentos tan complicados.
En definitiva, la visita de Ramón Reyes ha sido un soplo de esperanza, pero ahora toca transformar esa esperanza en realidades palpables. Ceuta merece un sistema de atención oncológica más fuerte, más accesible y más humano. Las palabras ya las tenemos, ahora necesitamos hechos.