La infraestructura del edificio de Miramar Bajo en “peligro” por las aguas fecales

La situación que llevan viviendo los vecinos del edificio número 5 de Miramar Bajo es cada vez más “insostenible”, que atenta contra la salud pública y, lo más preocupante, que ponen en riesgo la estabilidad del propio edificio, pues la infraestructura está cada vez más dañada como consecuencia de las aguas fecales y la arena que ha dejado la propia infraestructura en los hierros. “Están pelados”.

Todo comenzó cuando hace tres años el presidente de la comunidad decidió abrir unos espacios de ventilación por el “olor insoportable” que las aguas fecales generaban. Más allá de solucionar el problema, se agudizó, pues no se ha adoptado una medida que ponga fin a esta situación que va a más, pues el goteo del agua es permanente y el olor “insoportable”. A ello se une que los bajos del propio edificio se ha convertido en un vertedero ilegal con todo tipo de residuos, neumáticos, basura… “Es increíble que tengamos que vivir en estas condiciones, pues es tercermundista. Tenemos que estar con las ventanas cerradas ante el olor insoportable que desprenden las aguas fecales. El agua está podrida y si te asomas a los agujeros que abrió el presidente puedes observar las heces, todo tipo de escombros, neumáticos…. Todo ello ha provocado además que las cucarachas nos invadan, además de la proliferación de ratas”, relata un vecino que este mismo miércoles era avisado de que su coche, que estaba justo al lado del edificio, estaba lleno de ratas. “Hasta seis ratas saqué de mi coche”, lamenta con cara de desesperación”.

“Hemos hablado con Acemsa, con la Ciudad…. Lo cierto es que aquí nadie ha venido para dar solución a este grave problema que atenta contra nuestra salud y también contra la integridad física, pues la infraestructura está cada vez más dañada y debilitada. ¿Hay que esperar a que se derrumbe el edificio para que se adopten medidas?”, se pregunta este vecino que aclara que “nosotros lo único que queremos es que se evalúe el edificio y se de solución a este grave problema. Si Acema, la Ciudad o a quien le corresponda nos dicen que es competencia de la comunidad, nos sentaremos y habrá que arreglarlo, lo que no podemos estar es como en la actualidad, que no sabemos hacia dónde tenemos que tirar”.

El edificio tiene actualmente 28 años, pero la realidad es que los desperfectos son máximos y, principalmente, el vertedero ilegal que hay en los bajos y la contaminación de las aguas fecales, han convertido la zona en un lugar en el que es “imposible” vivir de manera digna y como los propios vecinos se merecen.

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