La 'tarea pendiente' del nuevo Papa con Cádiz y Ceuta

Una vez más, se cumplió aquello de que quien entra como Papa a la Capilla Sixtina suele salir como cardenal. A pesar de que Robert Prevost no era una persona precisamente desconocida, tampoco formaba parte de la lista de 'papables' manejada por todos los medios de comunicación del mundo tras conocerse el fallecimiento de Francisco. Si había sido mencionado en varias quinielas, como un candidato de consenso en el caso de que ninguno de los candidatos favoritos lograse obtener los dos tercios necesarios.

Así ocurrió. El ex secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, fue el contendiente más duro que tuvo Prevost en la Capilla Sixtina. Aquí hay dos versiones. Una, publicada generalmente en medios italianos (del país trasalpino fueron todos los papas durante 400 años, pero ninguno de los últimos cuatro tiene esa nacionalidad) hablaba de que Parolin ganó las tres primeras votaciones, pero que al darse cuenta de que no tenía los apoyos suficientes si el cónclave se dilataba, se echó a un lado y renunció para favorecer la elección de León XIV. Otra versión habla de que, en efecto, Parolin obtuvo bastantes votos, pero en ningún momento llegó a ganar una votación, que siempre encabezó un Robert Prevost cuya figura emergió como líder de la Iglesia ¨Católica, sobre todo, en las congregaciones generales previas al cónclave. Unos encuentros trascendentales, donde los cardenales de todo el mundo hablan entre ellos y se conocen con carácter previo a encerrarse en la Capilla Sixtina.

El caso es que la transición entre la época de Jorge Mario Bergoglio y Robert Prevost no acaba con el anuncio por parte del cardenal Mamberti del nuevo Papa. Es el cambio más visible, pero no el único: con el fallecimiento (o abdicación, caso de Benedicto XVI) del antiguo Papa, cesa también la curia. Los ministros del Vaticano, que ahora habrán de ser relegados o renovados según la decisión del nuevo Pontífice.

Las noticias apuntan a que, en principio, Prevost no va a hacer movimientos. Al menos, con carácter inmediato. Pero si hay un relevo que tendrá que acometer, si o si, el nuevo Papa. El del Dicasterio de los Obispos, que desde 2023 ocupaba el propio Prevost.

Es decir: es en el antiguo despacho del recien elegido Papa donde debe haber una carpeta con el nombramiento del nuevo obispo de Cádiz y Ceuta. Era el Papa Francisco quien nombraba, cierto, pero siempre a propuesta del Dicasterio de Obispos. Como ya contábamos la semana pasada, no hay ninguna norma sobre el tiempo en que una persona puede permanecer al frente de un Obispado sin ser relevada: el cambio de Zornoza lleva más de un año pendiente sin novedad, pero por ejemplo la sustitución de Demetrio Fernández por Jesús Fernández al frente del Obispado de Córdoba fue cuestión de semanas. Y posterior a la renuncia de Zornoza, que sigue siendo obispo con plenos poderes hasta que llegue la carta de Roma.

Si Prevost ya tenía esbozada una decisión con carácter previo o dejará esto en manos del nuevo prefecto del Dicasterio para los Obispos es algo que solo conoce, probablemente, el propio León XIV. Un hombre que hace una semana era un (casi) desconocido para la mayoría de la opinón pública mundial y que, desde el pasado jueves, es el vicario de Cristo.

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