Una terapia cognitivo-conductual para dejar de fumar organizada por la AECC

El voluntario de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y médico jubilado de Atención Primaria, Francisco Marchante, atendió a los medios este jueves minutos antes del comienzo del Taller de Deshabituación Tabáquica organizado por la entidad bajó el lema “Con apoyo dejar de fumar es más fácil”. La sesión informativa de la jornada está dirigida a unos 15 candidatos ya elegidos que estarán inmersos en una terapia cognitivo-conductual que tiene un margen de éxito de hasta el 40%. El sanitario dejó caer el peligro de la moda de los ‘vapers’, algo que, analiza, puede crear más adictos jóvenes en un futuro.

La terapia iniciada este jueves lleva tres años activa. “Hay dos requisitos para participar: que la persona sea fumadora activa y que quiera dejarlo”, explicó Marchante. Al ser organizado por la AECC, los pacientes prioritarios son los oncológicos, aunque en la medida que queden plazas libres se abre para las demás personas.

Según explicó Marchante, este jueves estaba planteada la sesión informativa, que consiste en una serie de talleres para explicar a los pacientes en qué consiste la terapia, cuántas sesiones son -serán cinco a partir de la semana que viene- y cuánto durarán, entre otras cosas.

“Las sesiones son de aproximadamente uno hora y media. A mitad de ellas ya comienza el abandono del tabaco. Se les ayuda, se les empuja y se les orienta en cuanto al tratamiento farmacológico”, sostuvo.

En las sesiones no se andan con ‘medias tintas’. Marchante asegura que el próximo 19 de junio ya se empezará a proponer a las personas que asistan a la terapia que dejen de fumar y a mediados de julio confían en que los pacientes ya tengan consolidada la abstinencia. A partir de entonces, comienza un seguimiento hasta verano del 2026.

Marchante admite que hay recaídas, aunque resalta el “éxito” de la terapia que llevan organizando desde hace tiempo con el INGESA en diferentes lugares de España. Los fumadores que consiguen dejar el tabaco llegan, según los datos que maneja el sanitario jubilado, hasta el 40% de abstinencia al año.

“Eso significa que el 60% de los que vienen no consiguen estar un año sin fumar. A eso nos referimos con las recaídas tempranas, a medio plazo o tardía. Pero en cualquier caso, incluso cuando hay recaída, la terapia que se ofrece aquí es eficaz porque al menos cambia la mentalidad del fumador en cuanto al abordaje del tabaquismo. Por lo tanto, yo entiendo que nunca se pierde el tiempo por intentar hacer esto. Si se consigue perfecto. Si hay alguna recaída, pues, se intenta de nuevo”, afirmó.

La terapia y los jóvenes

En palabras de Marchante, la terapia cognitivo-conductual intenta hacer ver al fumador por qué fuma o por qué le compensa fumar y, a partir de ahí, pretenden que sean conscientes de los automatismos que les llevan a seguir consumiendo para ponerles freno mediante medidas cognitivas y tratamientos farmacológicos.

“Evidentemente, esto si se apoya con un tratamiento farmacológico contrastado con evidencia científica pues (...) estando bien orientado y contrastado, se pueden duplicar las posibilidades de éxito”, asegura. Como ejemplo, Marchante expresa que en una terapia cognitiva para dejar de fumar si no se utilizan medicamentos el éxito puede llegar al 20% por el 40% que calculan alcanzaría si se combinan.

Por último, Marchante recalca que este tipo de terapias “no tienen edad”, aunque matiza que la media de los asistentes es de más de 40 años debido a que los jóvenes “se sienten exentos” de problemas, complicaciones derivadas del tabaquismo etc…”Realmente donde debemos hacer mucho hincapié es en la prevención, sobre todo en los colegios, para evitar que se llegue a esa adicción a la nicotina”, concluyó.

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