¿Están señalando los acusados al guardia civil en el juicio por narcotráfico para no entrar a la cárcel?
JUICIO NARCOTRÁFICO
El agente se ha negado en dos ocasiones a conformarse con una condena de dos años a pesar de que el Ministerio Público pide al menos un lustro. Cinco de los seis investigados, que aseguran que A.L.H hacía ‘la vista gorda' en el Puerto para que ellos pasaran la droga en vehículos, han pactado con la Fiscalía rebajar su pena considerablemente, evitando la prisión en la mayoría de los casos
La polémica está servida en el juicio que se ha estado celebrando en la Audiencia Provincial martes y miércoles y en el que están implicados al menos cinco pasadores de droga escondida en vehículos y un guardia civil que, supuestamente, hacía la ‘vista gorda’ en el Puerto de Ceuta a cambio de un beneficio económico para que el tráfico de estupefacientes culminara con éxito. La defensa del agente sostiene sin titubeos que lo están señalando sin piedad la mayoría de los implicados tras pactar con la Fiscalía y así rebajar sus posibles penas de hasta seis años de prisión a solo un año y ocho meses como mínimo -en algunos casos las peticiones son más altas-, con lo que evitarían el presidio. En cambio, el miembro de la Benemérita, A.L.H., ha rechazado en dos ocasiones conformarse con dos años -no entraría en la cárcel-, por lo que se arriesga a ser condenado al menos un lustro.
La línea de la defensa del agente es clara y tiene varias ramificaciones para, al menos, sembrar la duda sobre si cinco de los otros seis acusados han organizado un ‘complot’ para señalar al guardia civil. De hecho, en su primera intervención este martes, A.L.H. fue contundente en sus palabras al fiscal: “Les están engañando a usted y a los jueces”.
Una de las hipótesis que se barajan es que no fuera A.L.H. el agente implicado en la corrupción que se investiga. Su compañero por aquel entonces, J.F.L. ('Clavel'), supuestamente también de complexión gruesa, fue encarcelado y está actualmente en prisión provisional precisamente por estar relacionado con la ‘Operación Hades’, en la que se descubrió en Ceuta el narcotúnel y que culminó con al menos 14 detenidos. Los guardias civiles arrestados por aquel entonces facilitaban supuestamente el cruce de coches con miles de kilos de hachís.
Otro aspecto que ha querido resaltar la defensa de A.L.H. es que no está siendo investigado por blanqueo de capitales, por lo que ese supuesto enriquecimiento fruto de su connivencia con los traficantes brilla por su ausencia, ya que en el registro de su vivienda no se encontró nada relevante ni dinero en efectivo, según explicaron varios agentes de la Benemérita en sus declaraciones este martes.
A los argumentos anteriormente expuestos se les suma una denuncia que han repetido prácticamente uno por uno todos los agentes que han ido desfilando para declarar: la falta de medios -como instrumentos para localizar la droga en los vehículos, escáner o densímetro- y la presión por un lado de las navieras para que los controles en el Puerto no trastoquen los horarios de salida, así como por otro de los altos mandos de la Benemérita con la evidente exigencia para que el trabajo se haga bien.
Estas complejidades, afirmaron, hacen que los controles no sean del todo efectivos porque dependen de la “intuición y la experiencia” del agente de turno, algo “insuficiente” teniendo en cuenta que además el método es totalmente aleatorio. Con todos los inconvenientes expuestos, el letrado Jorge Gil Pacheco lanzó una afirmación un guardia civil que este no llegó a contestar: “¿No le parece injusto que cuando se detecte un coche con droga en Algeciras automáticamente se sospeche de los agentes y de los controles de Ceuta?”.
También se ha barajado la posibilidad de que, al conocer A.L.H. a los dos hermanos y supuestos organizadores de todos los pases de droga hacia la península -H.C. y M.C.-, ellos aprovecharan sus turnos en el Puerto para que, al ser amigos, el grupo evitara los controles en profundidad por la confianza.
Contó el agente que conocía a los hermanos desde 2021 a raíz de unas obras que hizo en su casa y de varias tiendas de ferretería, electricidad y fontanería que ellos regentaban y que él frecuentaba porque en su tiempo libre también le gustaba colocar toldos o cortinas, entre otras cosas.
Pero el argumento más sólido y que da fuerza a su relato es su negativa a aceptar el pacto con la Fiscalía para que sea condenado a dos años de prisión. Según la información que tiene este diario, el Ministerio Público ha ofrecido en dos ocasiones ese apretón de manos, pero A.L.H. está dispuesto a arriesgarse a pasarse al menos un lustro entre rejas -que es lo que le piden ahora mismo- antes que admitir su supuesta colaboración delictiva. "Va a la guerra", han asegurado desde el entorno del agente.
En cuanto a cinco de los acusados, entre ellos dos hermanos y jóvenes conocidos entre ellos en el barrio, con su pacto con la Fiscalía han logrado rebajar de hasta seis años la pena de cárcel a condenas en torno a los dos , por lo que evitarían su entrada en prisión en la mayoría de los casos. Al Ministerio Público, según fuentes consultadas por este diario cercanas a la defensa, “le interesa más un guardia civil” que unos pequeños traficantes que fueron ‘pillados’ en la primera detención el 10 de marzo de 2023 con solo 20 kilos de hachís escondidos en el coche.
“Contacto directo con el cabecilla”
A pesar de la estrategia de la defensa del agente y de sus contundentes declaraciones de este miércoles, en todo momento seguro de sí mismo, algunas grabaciones y conversaciones de WhatsApp con uno de los acusados -H.C.- son el aspecto que más se tambalea. Tras varias reproducciones puede apreciarse un lenguaje en clave y no del todo claro entre A.L.H. y uno de los hermanos supuestos líderes del grupo -mencionado una línea más arriba-. Además, la Fiscalía también ve probado que mantenía contacto directo con él después de cada pase de droga.
De hecho, sale en una conversación R.G.V. ('Calambre'), uno de los agentes que está en prisión provisional tras su detención en el marco de la ‘Operación Hades’ y que desembocó en el descubrimiento del narcotúnel el pasado febrero, en la que A.L.H. acepta cambiarle un turno sin más preguntas.
Por último, varios agentes que han declarado aseguran que el detenido en el Puerto el 10 de marzo de 2023 con 20 kilos de hachís escondidos en su vehículo -J.E.K.- en la sala mientras se practicaban las diligencias no paraba de repetir: “El gordito. ¿Dónde está el gordito, que ese mira poco?”, insistía supuestamente mientras miraba por la ventana y se lamentaba de haberse equivocado en el horario de la naviera.
“A.L.H. no puede garantizar que un coche cargado -de droga- pase de Ceuta a la península. Los acusados han pasado muchas veces cargados hacia Algeciras sin A.L.H. de servicio. ¿Cuando está de servicio llevan droga y cuando no es que se van de vacaciones? No solo consiste en que ellos digan que el guardia civil está comprado, habrá que demostrarlo”, zanjó el abogado del agente, Óscar Martín, que pidió la libre absolución de su cliente.
¿Están señalando los demás acusados a A.L.H. para salvar la cárcel? ¿Mintió uno de los cabecillas para que los conductores fueran tranquilos a los pases? ¿Es el agente una víctima que por aquella fecha estaba rodeado de manzanas podridas de la Benemérita, algunos de los cuales están hoy en prisión?¿Es igual de corrupto que esos guardias civiles que -recientemente- perman entre rejas? En ese caso, ¿por qué no acepta el pacto con la Fiscalía? ¿Por qué todos los acusados renunciaron a su última palabra? Muchos interrogantes que se entenderán en los próximos meses cuando se conozca la sentencia.
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