El tiempo y Ceuta desmontan la relación “idílica” con Marruecos que transmite Exteriores
POLÍTICA
La ‘aduana comercial’ bajo mínimos, el régimen de viajeros, la poca colaboración sobre el narcotúnel, la falta de visita de un Rey desde hace 18 años o las trabas constantes en la frontera hacen poco creíble el relato oficial, según expertos consultados
Mediados de abril. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, convocó una rueda de prensa relámpago, que no figuraba en su agenda, para comparecer junto a un invitado que pocos esperaban. Era su homólogo marroquí, Naser Bourita, que no visitaba España desde noviembre de 2019. Ambos mandatarios, que no permitieron preguntas, tenían el objetivo de exponer los “avances” en la hoja de ruta que se marcaron ambos países en abril de hace tres años tras la visita del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al reino alauita. Celebraron la apertura de la aduana comercial y la definieron como un “hito histórico”. Afirmaron que las relaciones bilaterales entre ambos países pasaban por su “mejor momento”. El tiempo y los pasos dados en Ceuta desde entonces siembran la duda sobre esa amistad “idílica” presente siempre en el relato del Ejecutivo Central y los progresos.
El pasado 13 de febrero todo eran celebraciones. Tanto la Delegación del Gobierno en Ceuta como el Ministerio de Asuntos Exteriores se daban golpes de pecho. Después de varios intentos fallidos para abrir oficialmente la aduana comercial entre Marruecos y la ciudad autónoma, algo que causó confusión y cierto sonrojo entre la ciudadanía a este lado de la frontera y que alimentó las críticas de diferentes partidos políticos, finalmente sucedió. Un camión cruzó con productos de automoción. El relato oficial por aquel entonces aseguraba que habría expediciones de lunes a viernes.
Una semana después, el “hito histórico” continuaba con el cruce desde Marruecos a Ceuta de un camión con unos 300 kilos de rape que supuestamente iba a abaratar, de continuar con las expediciones, los precios en el Mercado Central. El tiempo que ha pasado desde febrero ha demostrado que, ni se hacen exportaciones e importaciones a diario ni el coste del pescado fresco ha disminuido en la ciudad autónoma. Los pases son anecdóticos y la aduana funciona “bajo mínimos” y con fuertes restricciones, según han expresado en varias ocasiones los empresarios locales.
“Difícilmente me atrevería a decir que estamos en el mejor momento cuando, por ejemplo, las aduanas no funcionan, ni han vuelto al estatus quo anterior -en relación a Melilla-. Por lo tanto, ¿Pasan por su mejor momento? En absoluto, pero también es verdad que hemos pasado por momentos más sensibles”, asegura Alberto Bueno, profesor adjunto de Ciencia Política en la Universidad de Granada (UGR) y autor de recientes artículos en los que analiza las relaciones de Marruecos y España.
Otro punto importante que destaca el director del Observatorio de Ceuta y Melilla, Carlos Echeverría, es el asunto de la falta de implementación del lado marroquí del régimen de viajeros -España sí lo lleva a cabo-, algo que impide a los ciudadanos del país vecino comprar en la ciudad autónoma en una suerte de ‘asfixia’ y ‘falta de reconocimiento’.
“Se mantiene la reivindicación -sobre las ciudades autónomas-, lo cual es inadmisible, inaceptable e impropio de la buena vecindad entre estados. Eso está ahí y va a seguir estando. Y tiene un reflejo, entre otras cosas, en el mal funcionamiento de las aduanas y en el aún peor funcionamiento del régimen de viajeros”, sostiene Echeverría.
Para Bueno esa relación “idílica” que transmite Exteriores tambalea desde el momento en el que el país vecino no cesa en su empeño de seguir reivindicando las ciudades autónomas como parte de su soberanía. “No tienen problema en hacerlo en abierto. Es una carta sensible con la que presionan, por lo que evidentemente hay una situación tensa, hay un elemento de potencial desestabilización”, recalca.
Los Reyes, sin pisar Ceuta desde hace 18 años
Otro punto significativo que resaltan ambos expertos es que los Reyes de España no hayan pisado Ceuta desde hace 18 años. Cinco horas estuvo Juan Carlos I acompañado de la Reina Sofía en noviembre de 2007, una visita que quedó grabada en muchos ciudadanos y que, hoy día, siguen reclamando que se repita partidos políticos en la Asamblea local.
“Para mí es significativo que el jefe del Estado no visite un territorio nacional en 18 años. Podríamos especular con las causas. Aunque es difícil de establecer puede ser que no se produzca esta visita por miedo a provocar esa tensión que revele que por buenas que sean las relaciones, no son todo lo normal que cabría esperar”, sostiene Bueno.
Ya recordó el periodista Ignacio Cembrero en su última tribuna que la visita de los Reyes a Ceuta en 2007 provocó tal enfado en el monarca Mohamed VI que hasta llamó a consultas a su embajador en Madrid. De hecho, el Rey de Marruecos condenó la visita, la tildó de “lamentable” y criticó que atacara a los “sentimientos patrióticos” de sus ciudadanos. Además, hubo manifestaciones al otro lado de la frontera, en Castillejos y Tetuán.
Por ello, la postura prudente que lleva años adoptando el Gobierno con Marruecos evita ‘provocar’ al país vecino con una llegada de Felipe VI y Letizia -Moncloa marca su agenda- a la ciudad autónoma. El reino alauita ya ha demostrado en varias ocasiones que tiene la ‘sartén por el mango’ y que puede desestabilizar España, por ejemplo, haciendo la ‘vista gorda’ en la frontera.
“Es indudable que hay una presión del lado marroquí para que esa visita no se produzca. Está claro que todos tenemos que poner en evidencia esta situación anómala. Me refiero a los medios, los analistas y los ciudadanos. Para que más pronto que tarde los reyes visiten esos rincones de España a los que no va la Casa Real desde hace tantos años”, explica Echeverría.
Silencio sobre la comisión rogatoria
Otro aspecto que pone en duda esas grandes “relaciones bilaterales” es la falta de colaboración tras el hallazgo del narcotúnel entre Ceuta y Marruecos en una nave abandonada del Tarajal el pasado 19 de febrero.
La jueza de la Audiencia Nacional, María Tardón, envió a Marruecos una comisión rogatoria con el objetivo de colaborar judicialmente para inspeccionar el tramo marroquí del narcotúnel en Ceuta. Hasta la fecha no ha habido respuesta. El país vecino, de hecho, está llevando el asunto de forma opaca y no está ofreciendo información al respecto.
¿Beneficiaría un Gobierno PP-Vox?
En medio de escándalos de corrupción que están aflorando en el Gobierno, son muchos los políticos y analistas que ven cerca una moción de censura, unas elecciones anticipadas o una cuestión de confianza que retire del poder al presidente socialista Pedro Sánchez. Sus adversarios en el Congreso le han achacado en reiteradas ocasiones su posición “débil” incluso su “pliegue” constante ante Marruecos.
Teniendo en cuenta la posición hostil en diferentes aspectos por parte de Marruecos hacia España y, en concreto, hacia las ciudades autónomas, los expertos-a los que no les gusta especular- analizan cómo puede afectar hoy día un Gobierno del Partido Popular y Vox en las relaciones con el país vecino y, por ende, cómo puede repercutir en Ceuta.
¿Beneficiaría a Ceuta, teniendo en cuenta las ‘armas’ para desestabilizar la ciudad que tiene el país vecino, una posición más hostil hacia Marruecos como la que puede tener Vox o, en cambio, la postura excesivamente prudente que ha mostrado el Ejecutivo Central sería la más acertada para no resurgir antiguos demonios?
Para Bueno es un escenario que se “debe empezar a considerar”. “En cuanto a la política en este aspecto de PP y PSOE no creo que haya cambios sustanciales. Es cierto que Vox tiene una posición mucho más asertiva, mucho más crítica con Marruecos. Es uno de sus puntos claves en política exterior, aunque luego son imprevisibles. Pero la clave está en que pienso que el PP no va a dejar carteras tan sensibles como, por ejemplo, Defensa o Exteriores en ellos. O, al menos, tengo serias dudas”, explica el profesor de la UGR.
Tiene claro Echeverría que lo que hace falta -y ha faltado en otros tiempos con otros partidos en el poder- ha sido una posición “de claridad de ideas”.
“Si el Estado, independientemente de quién gobierna, fija con claridad dónde están sus intereses y dónde están también los riesgos y las amenazas, pues poco importaría quién gobernara (...) Para mí, independientemente de quién gobierne y las circunstancias en las que se gobierne, pues las cuestiones de Estado deben ser inamovibles, firmes, y no debe haber bandazos”, concluye.
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