La NASA se prepara discretamente para la eventualidad de una muerte de astronauta en el espacio
La agencia espacial ha estado desarrollando protocolos y enviando equipamiento especializado a la EEI desde 2012, anticipándose a un escenario cada vez más probable con el aumento de misiones y el turismo espacial.
La pregunta de qué sucedería si un astronauta o un turista espacial falleciera en el espacio ya no es una cuestión meramente teórica para la NASA. La agencia lleva años preparándose para esta eventualidad, y en 2012 envió, de forma discreta, la Unidad Contenedora de Restos Humanos (HRCU) a la Estación Espacial Internacional (EEI) durante una misión de reabastecimiento.
Con el aumento de misiones a la Luna y, próximamente, a Marte, sumado al crecimiento del turismo espacial y el envejecimiento de los astronautas (cuya edad media actual es de 50 años), la muerte en el espacio ya no es solo una posibilidad remota, sino un desenlace "más que probable" para el que es vital estar preparado, según un artículo de Scientific American.
La HRCU: una solución para la gestión de restos humanos
La HRCU es, esencialmente, una bolsa para cadáveres reforzada de estándar militar. Está diseñada para conectarse al sistema de refrigeración de la EEI e incorpora un desodorizante y una función de absorción de humedad. Sus cremalleras invertidas garantizan un tratamiento digno del cuerpo. Además, permite asegurar el cuerpo de forma segura y devolverlo en posición sentada para el viaje de regreso a la Tierra. También facilita la clara identificación y nacionalidad del fallecido.
Esta bolsa puede retrasar la descomposición del cuerpo hasta 40 días. Sin embargo, aún se desconoce qué ocurre con los restos humanos en condiciones de microgravedad real o en la superficie de otros cuerpos celestes, una incógnita que quizás se resuelva en futuras misiones.
Preparación forense y el "descanso eterno" en la Luna
Los astronautas ya reciben entrenamiento para recolectar muestras forenses si fuera necesario, lo que incluye documentar la escena, tomar fotografías y recoger muestras de sangre, tejido y otros restos biológicos antes de sellar el cadáver. Incluso, la NASA está considerando la posibilidad de crear una tumba en un cráter lunar para el "eterno descanso" de un astronauta, en caso de que no sea posible regresar el cuerpo. Estos restos serían catalogados como artefactos históricos.
Hasta la fecha, no se ha producido la muerte de ningún astronauta en el espacio, ni se han registrado delitos que requieran investigación. No obstante, estar preparado para cualquier escenario es vital para tener un protocolo de actuación, una respuesta ordenada y, fundamentalmente, respeto por el finado. La única pregunta que queda pendiente es quién tendría jurisdicción sobre un cadáver en la Luna o en Marte.
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