Un “páncreas artificial” revoluciona el control de la diabetes tipo 1
El Sistema de Administración Automatizada de Insulina (AID) ofrece a los pacientes una gestión personalizada y constante de la glucosa, mejorando su calidad de vida y reduciendo riesgos de hipoglucemia e hiperglucemia
Para las personas con diabetes tipo 1, que requieren insulina a diario de por vida, un nuevo avance tecnológico está transformando su manejo de la enfermedad. El denominado “páncreas artificial” o Sistema de Administración Automatizada de Insulina (AID) está reemplazando la función pancreática ausente, permitiendo a los pacientes automatizar tareas cruciales como el control de la glucemia y la administración de insulina, lo que mejora significativamente su calidad de vida.
¿Qué es y cómo funciona el páncreas artificial?
El páncreas artificial es un dispositivo que ofrece un control automatizado y personalizado de la glucosa. Su objetivo es ajustar la administración de insulina para satisfacer las necesidades específicas de cada persona con diabetes tipo 1.
Este sistema se compone de tres elementos clave que trabajan de forma conjunta, comunicándose mediante tecnología Bluetooth para simular la función del páncreas:
- Un monitor continuo de glucosa (MCG): Mide constantemente el nivel de glucosa en sangre del paciente.
- Una bomba de insulina: Suministra la insulina al organismo según las necesidades.
- Un algoritmo de control matemático: Recopila los datos del MCG, calcula las necesidades actuales de insulina del paciente y envía señales a la bomba para ajustar o mantener el suministro de insulina.
Gracias a esta interacción, el páncreas artificial es capaz de predecir cambios en los niveles de glucosa aproximadamente cada 5 minutos, buscando mantener a los pacientes dentro de su rango ideal de glucosa en sangre. Esto minimiza drásticamente el riesgo de hiperglucemia (azúcar alto) e hipoglucemia (azúcar bajo). El sistema utiliza información previa y actual sobre la administración de insulina, los objetivos de glucosa en sangre y los valores reales de glucosa para definir la dosis exacta a liberar por la bomba, tanto de día como de noche.
Impacto y beneficios para los pacientes
Según el Instituto Nacional de Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de EE.UU., la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 1 no cumplen con los objetivos de glucemia recomendados por la Asociación Americana de la Diabetes (ADA). Es aquí donde los sistemas AID se vuelven cruciales.
Los AID ayudan a los pacientes a alcanzar sus objetivos glucémicos, aumentando el tiempo que permanecen en el rango ideal en unas 2,5 horas diarias y reduciendo los niveles de hemoglobina A1C entre un 0,3% y un 0,5%, lo que a su vez disminuye el riesgo de hipoglucemia. Los beneficios de estos dispositivos son particularmente notables durante la noche, cuando el riesgo de hipoglucemia es mayor para estos pacientes.
Diversos estudios también han demostrado que los sistemas AID contribuyen a reducir los niveles de angustia y ansiedad tanto en los pacientes como en sus cuidadores, gracias a la gran mejoría en los resultados glucémicos que proporcionan.
Limitaciones y el futuro del páncreas artificial
A pesar de sus numerosos beneficios, el páncreas artificial presenta algunas limitaciones. Los dispositivos aprobados por la FDA funcionan mejor si los pacientes notifican las comidas, es decir, si introducen una cantidad fija de carbohidratos para un bolo de insulina durante la comida. Aunque los sistemas AID pueden compensar en cierta medida la falta de un bolo, su eficiencia se optimiza con esta información. Los modelos más recientes simplifican esto al permitir a los pacientes indicar si van a consumir una comida habitual, más abundante o más pequeña.
En lo que respecta al ejercicio físico, el sistema aún enfrenta desafíos. Aunque poseen configuraciones ajustables para tener en cuenta la actividad física, se requiere un esfuerzo considerable para controlar su impacto en los niveles de glucosa en sangre y las necesidades de insulina. Otra posible limitación es el seguimiento de los pacientes, ya que el equipo de infusión de la bomba de insulina puede fallar, y es vital que los usuarios sepan cuándo un MCG puede no ser preciso y cómo gestionarlo.
Actualmente, el alto costo de estos dispositivos y algunas de sus limitaciones impiden que su uso sea generalizado. Sin embargo, el futuro del páncreas artificial es prometedor. El avance tecnológico está llevando al desarrollo de dispositivos más compactos, eficientes y accesibles. La integración de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático promete mejorar la personalización de los tratamientos, adaptándose a las necesidades específicas de cada individuo.
La investigación en este campo avanza rápidamente, acercando cada vez más a los pacientes con diabetes a una vida más saludable y menos limitada por su condición. La visión de un dispositivo que gestione automáticamente la diabetes, liberando a los pacientes de la constante preocupación por sus niveles de glucosa, se está convirtiendo en una realidad cada vez más tangible.
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