La envidia se come a la gente
Javier Chellarám
Al primer ministro británico Winston Churchill se le atribuye una frase lapidaria muy relevante, que viene al caso: “En la vida hay amigos, conocidos, adversarios, enemigos y compañeros de partido”.
Y todo viene definido en esa frase lapidaria del británico lo que puede ser la envidia, a veces el envidiado ni se entera y el que tiene envidia está tan pendiente de ti que a veces lo que es un momento de tu vida que luego ni te acuerdas, el envidioso está pendiente para recordarlo.
El próximo año cumpliré treinta años de escribir en la prensa, un recorrido donde he procurado arrimar mi pluma a los temas que más me han impresionado y eso se traduce en las cosas de Ceuta nuestra tierra, en sus rincones y su gente, en vivencias que pude contemplar o las que me contaron y claro en todos estos años quizá alguna vez me equivoqué y en otras acerté y posiblemente en muchas podría pensar, que razón tenía.
Pero en estos años también he vivido de todo malos y buenos momentos y eso al tiempo hace cambiar la manera de escribir y la manera de vivir así como de afrontar las cosas y lo que uno pensó en un artículo hace diez años ya no tenía el mismo color a la hora de leerlo y compararlo.
Lo bueno y lo malo de este tiempo ha sido el comprobar cosas en Ceuta y compararlas con historias que ocurrían a lo largo del territorio nacional y donde el parecido con el paso del tiempo era la misma casualidad o la pura coincidencia y donde el protagonista al fin y al cabo por las cosas del destino demostraba ser tan mortal como uno y por tanto nos hacía coincidir en sitios y lugares donde ya podía uno comprobar que el león no era tanto como lo pintaban, por eso también que los años a uno y a otro nos había cambiado la vida y el destino.
Y me ocurrió hace nada el estar pensativo y tranquilo echando pan a los peces en la explanada del Chorrillo y veía un señor haciendo su gimnasia y ejercicios, por eso de ser un apasionado del deporte y sobre todo de los entrenamientos me paré a indicarle a esta persona como podía mejorar tales entrenamientos y tonificar el aparato locomotor y el tono muscular.
Hasta ahí todo normal y nos despedimos cordialmente, a lo que al tiempo este buen hombre vino a mi encuentro y me dijo que un amigo suyo le dijo que yo había escrito de el una vez a cuenta de un coche y que Don Santiago Bernabeu no quería a los futbolistas con coches de lujo.
Yo me quedé extrañado primero porque cuando hacía una comparación nunca ponía nombres ni apellidos así como el paso de los años que una ya ni recordaba a cuento de que contaba yo eso del coche y la coincidencia de la historia con aquella persona.
Recordé la frase de Juan Carlos Aragón en “ Los Principes “ yo prefiero tener enemigos de verdad y que estén orgullosos de mi … o traducido que a todo el mundo no podía caerle bien uno.
El hombre se fue y me puse a recordar quien podía saberse de carrerilla todos mis artículos, todos mis escritos e ir de correveidile a decir “ oye mira este tal año tal dia escribió de ti “.
Dicen que el diablo cuando se aburre mata moscas con el rabo, y lo peor que hay es ver alguien aburrido dando tumbos y barzones por la carretera nueva controlando quien charla con uno y con otro.
Mi reflexión es que la envidia se come a la gente, lo tienen todo han triunfado parece profesional y materialmente en la vida, pero quizá les faltó algo y eso parece que ese día todo lo tenía yo más que el.