El dragón azul de las Caimán regresa de la extinción
La iguana azul de las Islas Caimán, conocida como “dragón azul”, en peligro de extinción, regresa de la extinción tras superar los 1000 ejemplares.
Hace dos millones de años, la isla de Gran Caimán surgió de las profundidades del mar Caribe y, poco después, reptiles azules gigantes comenzaron a vagar por sus costas. Con una cresta espinosa, rasgos prehistóricos y llamativas escamas azules, la iguana azul de Gran Caimán o dragón azul parece haber surgido de un mundo perdido.
Regresa el dragón azul
Los queridos “dragones azules” de una isla caribeña han regresado de la extinción gracias a los diligentes esfuerzos de conservación. Las iguanas verdes son la especie más común de su especie, aunque a veces pueden volverse rojas y presentar otras tonalidades moteadas de canela, marrón y gris.
Las iguanas azules, también conocidas como “dragones azules”, son endémicas de la isla de Gran Caimán, en el Caribe.
Esto hace que las iguanas azules de Gran Caimán, en las Islas Caimán, sean aún más especiales. Sus escamas de color azul tiza, como las de Mar Caprese, son encantadoras y la convirtieron en un símbolo nacional del entorno natural de Gran Caimán.
Gran Caimán, la isla más grande del archipiélago, surgió de los mares hace 2 millones de años, y estas iguanas llegaron a sus costas rocosas poco después. Al igual que los dragones de Komodo, estos dragones azules, como se les llama cariñosamente, evolucionaron hasta convertirse en el animal terrestre nativo más grande.
La coloración azul cumple una función común en muchos animales. Se sonroja de forma especialmente intensa cuando se sienten amenazados o en los machos durante la época reproductiva. Las células melanóforas de su piel pueden expandirse o contraerse para que parezcan más claras o más oscuras. Una hembra joven tranquila puede parecer casi caqui, mientras que un macho adulto en época reproductiva es tan vibrante que uno podría imaginar que podría verse desde el espacio.
Se alimentan casi exclusivamente de vegetación, pueden crecer más de un metro de largo y se ganan el cariño de sus vecinos humanos con comportamientos muy familiares como bostezar y estornudar.
